Rodrigo Enrique Rubio

Soy profesor de historia, recibido en la Universidad Nacional de Tucumán, Argentina. Me encuentro finalizando mi tesis de licenciatura para obtener el título completo. Poseo cuatro años de experiencia docente en diferentes niveles educativos:

En el ámbito universitario: comencé como ayudante de cátedra en la materia Historia Argentina 1 en la UNT, donde sigo colaborando con el equipo docente hasta el día de hoy.

En el ámbito de la educación secundaria: he trabajado en colegios tanto de altos como de bajos recursos.

Me apasiona la enseñanza y creo que la modalidad online nos brinda la gran oportunidad de aprovechar al máximo los recursos audiovisuales y las referencias disponibles en la actualidad. Considero fundamental conocer a mis estudiantes, sus hobbies e intereses, para poder adaptar mi método de enseñanza a sus necesidades y preferencias. De esta manera, puedo idear las mejores referencias y analogías para abordar los temas que estemos analizando en clase.

Mi objetivo como docente es que mis estudiantes aprendan historia de una manera divertida y significativa, y que a su vez, desarrollen las habilidades necesarias para convertirse en ciudadanos críticos y responsables.

Enseño porque disfruto de compartir mis conocimientos sobre los temas que me apasionan, especialmente la historia. Me gusta acercarme a la forma de pensar de mis alumnos, conocer sus intereses y adaptar la forma de enseñar a ellos, especialmente las referencias y analogías con las cuales vincular los temas. Esto es importante porque, en la mayoría de los casos, la historia se presenta como información a memorizar, sin encontrar relación ni influencia sobre nuestra vida diaria. Al menos así la he sentido como alumno en mi propia experiencia, y he visto cómo los alumnos que tuve en colegios todavía lo viven de esa manera.

Diría que mi vocación y ejercicio de la enseñanza están inspirados en cómo me hubiera gustado tener clases como alumno. Como profesor, quisiera transmitir la curiosidad por las generaciones que nos precedieron, por los procesos que llevaron al mundo en que vivimos y por generar la conciencia de que las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales en las que vivimos no son inamovibles ni eternas, sino que son parte de un largo proceso de cambios, adaptaciones y permanencias. Que así como han resultado, podrían haber sido de otra manera, y por ello mismo son transformables hoy también.